ARTÍCULO. QUÉ ARTE TIENES.

En un primer plano, me gustaría comenzar este artículo, con una idea de dominio público. Pertenece al campo de la psiquiatría.

Cuando se realiza un trabajo artístico, se: ES, un productor, un generador, un creador, etcétera. Y, en cambio, la discapacidad: se tiene. Es decir, una persona, es la dueña de su vida siempre. El reto, es disfrutar de ella; y, hacerlo con tantas ganas, que, las limitaciones, queden en un segundo plano.

Las enfermedades, intentan acaparar todas nuestras atenciones. Y, sin embargo, la vida, este impulso vital, la buena salud, todo lo que nos hace desear vivir, nos da libertad. Y, como sabemos, la libertad, está muy unida a la expresión, la expresión artística, en este caso.

E incluyo a la humanidad por entero. Como sabemos, en esta condenada cuestión, que es vivir, si no tenemos unos límites, entonces habrá otros. Y más, todavía, con el paso de los años. Ninguna persona tiene un 0% de discapacidad. De todas las maneras, las cifras oficiales, nos cuentan que somos 4,38 millones de personas, las que tenemos una discapacidad acreditada en España (RTVE). Es como para tenernos muy en cuenta, y animarnos a seguir ejerciendo nuestros derechos. ¿Verdad?

Para reforzar esta idea con un ejemplo, quiero decir lo siguiente. Las personas que tenemos una discapacidad, somos buscadores de la «buena suerte». Sabemos desarrollar nuestra imaginación, y así, lograr salir hacia adelante. Seguramente, sea por la necesidad de tener que arreglárnoslas continuamente. Y, arreglárselas, más, o menos, es algo universal. Son peldaños hacia autorrealizarse. Y si me lo permitís, paso a exponer mejor esto que he dicho.

Como persona, y como integrador social, he llegado a pensar que, la autorrealización, es el objetivo del ser humano (generalizando). Y hay herramientas, como son la educación, el civismo, la cultura, el ocio, etcétera, y el arte. Son unos grandes apoyos, que nos ayudan a que seamos nosotros mismos, dando un paso más, en cada ocasión (Pirámide de Masslow).

Acabo de hablar de una serie de ideas. Y me gustaría intentar aportar unas mejoras. Voy a intentarlo en tres puntos. Quizá, ayude a una mejor igualdad. No digo «más», quiero decir: «mejor» (desde lo que opino como integrador social).

  • Un porcentaje de artistas que publican sus productos en las editoriales, periódicos, salas de exposición, etcétera, sería justo que pertenecieran a un colectivo en riesgo de exclusión social, colectivos en riesgo de ser vulnerados por la desigualdad. Y lo digo sin perder el conocimiento que va a continuación: los números, aquí, no son lo importante. No siempre. Nos enseñan, que, la intervención social, tiene que ser inclusiva, y, además, tiene que ser dinámica (y multidisciplinar). Todas las intervenciones deben adaptarse a las necesidades del momento, y, sobre todo, a todas las partes implicadas.
  • Cuando se valora la obra realizada por una persona que tiene una discapacidad, ya sea en un premio, o algo similar, estaría bien que, el jurado, o el editor, supiera, que hay una serie de sobrecargas más allá de lo «normal» en las estadísticas. Y claro que sabemos que hay un sistema de plicas, unos requisitos de calidad, y un estudio económico del producto, si fuera el caso. Pero, si alguien escribe de genial, y convive con una ceguera, no está bien que se le exija lo mismo que a la mayoría de la gente, en cuanto a correcciones, y demás. No sería normal, que tan solo pudiera presentarse a concursos especializados (No es mi caso).
  • Y, en muchos premios, nos piden el compromiso de viajar para recibir un premio, o el de enviar a alguien para que esta persona nos represente. ¿Y si una persona con discapacidad no puede ir, entonces, ya no merece este premio? Normalmente, no se puede exigir más, ni a la persona que tiene una discapacidad, ni tampoco, a la familia.

Estoy satisfecho con haber citado estos tres puntos. A través de ellos, he dejado ver, que, viajando a lomos del arte, podemos ir mucho más allá de las terapias ocupacionales, y desarrollar una profesión. En realidad, puede hacerse en el arte, y en otros campos por los que os mováis. Sin embargo, hablando del arte, ahora mismo, se está trabajando en el Estatuto del Artista, lo que es una muy buena noticia.

Ahora, me gustaría dar una opinión de otro tipo, desde mi trabajo como escritor. Desde que me hice con la nueva rutina, dejé de tener demasiados grandes problemas. Y tendré que volver a hacerlo, algún día, porque tengo una enfermedad degenerativa. Pero, ¿acaso, no es verdad, que todo el mundo tiene que renovarse a lo largo del tiempo? Con un poco de suerte, espero poder volver a conseguirlo. Y si no me fuera posible, o no hallara la manera de adaptarme, podría ser un consumidor de arte, y trabajar dando unas opiniones. Este, sería un acto creativo. Y es otra manera de estar presente en el mundo.

Por último, deseo deciros lo siguiente. Nos gustaría que participarais con vuestras ideas. No hace falta ser un profesional, o tener una discapacidad acreditada. Lo que es necesario, aquello que es una clave para estos asuntos de la humanidad, es, la sensibilidad sana.

Un saludo. Suerte con vuestros proyectos. Y disfrutad.

Unari E.S.

Imagen by Reidy68.

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