Con la industria 4.0. se vive un tiempo tecnológico de avance que a muchos nos fascina. Ello se traduce en que la sociedad, o, mejor dicho, el cliente, tiene la posibilidad de personalizar más, y más. Y no hago referencia a que los ingenieros fabrican robots con rasgos humanos. No os hablo de esta dudosa manera de humanizar. Me refiero a que el punto máximo de esta tecnología, y tan solo es mi opinión, es poder llegar a reprogramar la materia, los átomos, la realidad; y hacerlo a nuestro gusto.
El reprogramar el universo al cien por cien, todavía le queda lejos a mi imaginación. Sin embargo, ¿y si especulo con hacerlo solo en este planeta Tierra?
Es ciencia ficción fantástica. Lo es. Y, sin embargo, el ser humano pelea por la abnegación de todas aquellas potencias naturales. Y lo digo con estas palabras para que suene así de irreal. «Abnegar», habla de rendirse de una manera voluntaria. Y formamos parte de estas fuerzas, que, si son doblegadas hasta el extremo, temo que la propia humanidad vaya en el mismo paquete. Es un debate, especular. Pero no podemos desarrollarnos como especie, y hacerlo a través de la abnegación de unos en contra de otros.
En cuanto al bolsilibro, las redes satelitales emiten ondas que atraviesan el planeta. Se desencadena una vibración, y esta fija la nueva posición en el nuevo ancho de banda vital. A fin de cuentas, las diversas amplitudes de onda tienen mucho que ver en lo que somos, en cómo somos; en un sentido superficial, quiero creer.
He escogido que el músculo impositivo de esta historia sea la ciencia. ¿Por nuestra ciencia en particular? Para nada. No pienso que la ciencia sea «demoniaca», o algo así. Es, por cómo siento que la humanidad nos comportamos, en general. Y sé que esta es una mala síntesis, por ser generalizada, y, por lo tanto, irracional, cargada de injusticia.
Trato de convencerme de que no hemos llegado tan lejos a base de mezquindad. Cuando lo haya trabajado más, repensaré en filtrar algo que se acerque a una utopía.
Saludos desde este cyberlugar.
Unari E.S.
Imagen by Space X.
Unari ES en digital 
Deja una respuesta