Un mensaje que escribí en las redes, en privado, se convirtió en lo que va a continuación.

España, está situada a la cabeza de Europa en tantas desgracias, que va a sucedernos como pasa con el estrés, que van a hacernos falta contraer, una o varias enfermedades a sufrir como país, y no morir en el intento, para luego, superar las dolorosas y prolongadas catarsis, y esperar mucho, mucho más tiempo, para que haya un cambio y poder elevarnos por encima de este nivel actual.
No reniego de la alta esperanza de vida. Sin embargo, quise comparar esta negativa situación generalizada, con las enfermedades, porque siento que hay un bloqueo a nivel social por encima de otros. Y porque le encuentro algo positivo al padecimiento, cuando ya es necesario un tiempo de introspección para poder curarse en salud.
España no precisa un plan político, sino, una seria intervención social, y con matices y supervisiones que sean dadas, tanto por psicólogos, como por psiquiatras. Hablamos de noticias y números publicados continuamente sobre droga, maltrato, desprotección social, etcétera. Se requiere una metodología que sepa adaptarse a los tiempos, en el terreno de la diversidad. En este país, no existe una sola mayoría. Y, además, la intervención debe ser salubre.
La sociedad muestra una carencia de autoestima patológica. Se falta al respeto a sí misma, y lo hace de un modo recurrente. Esta complejidad, me parece que es el mayor de los problemas. Por su parte, los políticos, quienes deben ser los gestores de soluciones, e individuos que sepan derivar labores a quienes corresponda, por ello, son los que habrían de recibir una mayor educación en inclusión social, y unas nociones sobre la sana profesionalidad. La población general es importante, no obstante, el trabajo de los políticos, realmente condiciona desde un principio los asuntos que atañen a los demás.
Ellos forman parte de la base de la sociedad, por más que un político actúe sobre todo en labores de representación. No se encuentran encaramados a la cúspide. Y cuando abandonan este lugar natural que está en la base, hay un vacío, del que los demás, de ninguna de las maneras podemos hacernos cargo.
De hecho, cuando se recibe formación en algo relativo al campo social, o al recibir una terapia psicológica, o psiquiátrica, lo habitual es que se haga hincapié en que, las responsabilidades profesionales, o vitales, que son de otras personas, no deben ser asumidas por otros, y menos todavía realizarlas como costumbre. Nunca funciona a medio, o a largo plazo. Es avocar el esfuerzo hacia un fracaso.
Ni qué decir tiene, esto que he escrito solo es mi dirección individual, y una especulación más, acerca de un tema que es opinable por todos.
Gracias por haber venido a la web. Y que tengáis un buen día.
Unari E.S.
Imagen by Lilidai.
Deja una respuesta