ARTÍCULO. LA GRAN DIMISIÓN.

EE. UU., es la mayor influencia en el mundo occidental, y de la misma manera, sus problemas hacen ecos en los países de estas latitudes. Ha llegado para quedarse un fenómeno social, que en español se traduce como «La gran dimisión». Allá, unos 4,5 millones de trabajadores abandonaron sus empleos en noviembre (New York Times). Mientras que, en España, según la información de Linkedin, el 21% de los empleados ha dejado su trabajo en la postpandemia, y el 28% se plantea dejarlo.

No suelo culpar al sistema, o a los empleadores en este caso que nos ocupa, porque siempre me hago la misma pregunta: ¿Acaso los empleadores no han sido trabajadores que han sufrido algún tipo de vejación? ¿Acaso algunos entre ellos no se han quejado, y después han hecho algo similar, o incluso lo han empeorado?  ¿Acaso no corro el riesgo de hacer lo mismo en el futuro?

Cómo abordarlo. ¿Se trata del bien contra el mal? No lo creo. Aunque esa guerra exista.

Entendí, de una persona muy sabia, que, el impulso vital, o lo que es lo mismo, las ganas de vivir, es lo primero, y está relacionado con la satisfacción. Y en esta dirección estoy interesado: en la del beneficio.

¿Qué es beneficiarse como persona?, es una pregunta realmente personal, que ahí debe quedarse. Sin embargo, en cuanto a «La gran dimisión», me atrevo a decir, que independientemente de querer ganar más y más dinero para engrosar la cuenta corriente, o/y para donarlo a cuantas más causas benéficas mejor, por el camino, todos aprendemos la importancia de las estructuras duraderas, por presentar un ejemplo de algo que beneficiaría a cualquiera, a buenos y a malos.

Por continuar con este ejemplo, habría que estudiar los requerimientos para que un tejido empresarial, una compañía, un puesto de trabajo, perduren. Y las leyes, fundamentarse, más o menos, en estos principios. Hay leyes que son para todos en la arquitectura, también en la construcción celular de un cuerpo, y en el mundo social, y el de los negocios. Quizá, conociendo a fondo lo que es construir, por las implicaciones que hay por estar vivos, quedemos todos algo contentos, muy al margen de las posibles tendencias autodestructivas.

También entiendo que no existen las verdades absolutas en la psicología, o en la sociología. Pero sí, en que hay verdades adaptadas a una fase y lugar en especial, para este planeta global, en este caso. Y las hay difícilmente discutibles, esto sí, contrastadas por [email protected] [email protected] (no por mí).

Es una opinión, una dirección laboral, y bastante personal. No aspiro a más que a especular. Y disfruto con la lectura cuando otros lo hacéis.

Un cybersaludo. Y muy buen domingo.   

Unari E.S.

Imagen de Giancarlo Revolledo.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Crea un sitio web o blog en WordPress.com

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: