FICHA. SEÚL 5.0 (EBOOK).

«Primero, deseo decirle que nuestro local es renombrado por el incivismo. Y si continúa en su interior, va a poder atestiguarlo».

SINOPSIS

Buil es el único vástago del propietario de Masscorp, que es una de las compañías que encabezan el músculo económico de este Imperio Solar.

Se halla afincado en la capital del imperio, Seúl. Y como el joven que es, ha emprendido un viaje hacia la construcción de la independencia. No obstante, de camino a la tan pretendida libertad, va a toparse con una inteligencia artificial, de personalidad excéntrica, la cual, parece maquinar la sumisión de Buil, en los márgenes de los dominios que se hallan bajo su poder.

BOOKTRAILER

BUIL. EL PROTAGONISTA.

Antes, lejos de pasar de mí, la gente en general decía: «¡Qué cabrón! ¡Comes, callas y aprendes, maldito heredero?».

El asunto era que, de la misma manera, me veía capacitado para describir la existencia del habitante medio a través de unos tópicos. Y, no obstante, habría propuesto a esta serie de malmirados de la low class mental, que: «Es mejor que mantengamos un trato mesurado».

En contra de los obcecados más arrabaleros que uno iba cruzándose por la calle, no tenía nada que hacer en favor de mi defensa. Pero, a través del mantenimiento de ciertas formas, iba conservando la individualidad.

En el caso de que estas generalizaciones hubieran ofendido a alguien, y en el supuesto de que no se me hubiera crucificado al inicio de esta historia, entendería que el individuo en cuestión se trataría de un ser sensible. Y le pediría unas disculpas por mi error: Suelo tener una adversa percepción acerca de los demás. Fundada, de forma clara, aunque el suyo no sea el caso.

Yo vi gente que era culta o, por el contrario informal, casi buena, o de muy fuerte personalidad, y hasta puede que, inclusive empáticos, y en situaciones materiales confortables, o altamente desesperadas, que se rendían para obtener los favores que Masscorp, la empresa de mi progenitor, prometía facilitar.

Lógicamente, el de esta corporación en particular no era un caso aislado. Ni tampoco el de los captados: aquellos «protegidos» que verían cómo sus negocios, y sus planos personales, iban a ser convertidos en los agujeros negros de unos macro negocios.